Viajar a Egina

Viajar a Egina

Viajar a la isla de Egina

ISLA DE EGINA

La isla de Egina ó Aegina está situada en medio del Golfo Sarónico, a tan solo 20 km al suroeste de Atenas y apenas a unos 10 km de la península de la Argólida. Otras islas del Golfo Sarónico la rodean, Salamina al norte, Poros al sur y Angistri al oeste. Su superficie es de 106 km2 y su litoral abarca aproximadamente los 40 km. Este perímetro ya fue medido en la época antigua por el geógrafo e historiador griego Estrabón que lo calculó en unos 100 estadios.

Su forma es triangular con uno de los vértices apuntando hacia el sur. Es aquí donde el terreno se eleva más y se alcanza la máxima altura de la isla en el monte Oros de 534 m. La máxima longitud que se puede encontrar en Egina de punta a punta es de 18,5 km.

Morfológicamente la isla la conforman tres regiones bien diferenciadas: el norte es un macizo montañoso calcáreo, el oeste está formado por una fértil llanura aluvial que llega hasta la costa y aunque pedregosa está bien cultivada y en ella se producen abundantes cosechas de cereal, algodón, vid, almendras, higos y por supuesto de pistachos que son considerados los mejores de toda Grecia. El cultivo de los pistachos no es muy antiguo ya que fue hacia 1920 cuando se introdujo el cultivo de los “pistacheros” importados de Egipto pero la espectacular adaptación al medio de estos árboles ha desembocado en cosechas abundantes y de máxima calidad hasta el punto que los pistachos en Grecia se les llama “eginas”.

El resto de la isla está formado por roca volcánica. Existen evidencias de que hasta el siglo III a.C. había actividad volcánica en la cercanísima península de Methana, al sur de Egina.

La costa es por tanto mayormente acantilada y no ofrece demasiados abrigos naturales para que los navíos fondeen. Prácticamente los únicos son el puerto de Egina y la bahía de Agia Marina.

En cuanto al clima se dice que es el más benigno de Grecia, típico mediterráneo con inviernos suaves y veranos cálidos y secos y una corta primavera con algunas lluvias. Por ello la vegetación no puede ser muy exuberante. Predomina un tipo de césped característico del mediterráneo formado por plantas espinosas que crecen juntas y tupidas formando como un colchón. Los pinares que antiguamente formaban bosques han dado paso en la actualidad a las encinas, los olivos silvestres y los espectaculares cipreses con su intenso verde oscuro.

Todos estos rasgos geográficos han conformado la forma de vida de la isla de Aegina.

Actualmente su principal actividad económica, aparte del turismo, es la agricultura, la pesca y el transporte marítimo, aunque también se ha mantenido a lo largo de los siglos la producción de una particular cerámica característica de la isla: los jarros amarillos.

La tradicional pesca de esponjas tan extendida entre las islas griegas redondea la economía de una población cercana a los 12.000 habitantes cuyo gentilicio es “egineta”.

MENCIÓN MITOLÓGICA DE EGINA

El origen mitológico del nombre de esta isla no puede ser más noble ya que se debe a la ninfa Egina, una de las 50 hijas del dios-río Asopo que, trás haber tenido un affaire con Zeus, se refugió en ella para tener un hijo de ambos. Fue en ese momento cuando la isla, que hasta entonces se llamaba Oinoné, tomo su nombre.

El hijo de Egina se llamó Eaco y llegó a ser rey de la isla. Su fama se acrecentó tanto por la magnánima y justa forma de gobernar que llegó a ser elegido uno de los 3 jueces del tribunal de las sombras que decidían sobre el destino de las almas.

AEGINA A TRAVÉS DE LA HISTORIA

Los primero vestigios humanos de la isla se remontan al Neolítico hacia el final del cuarto milenio a.C. Se han encontrado restos de esta época en ColonaAgia Marina y cerca de la capital actual. Trás éstos llegaron a la isla grupos humanos provenientes de Asia Menor y que hablaban un dialecto derivado del licio (lengua que se hablaba en Anatolia y que estaba emparentado con el hitita). En esta época la forma de vida de estas comunidades estaba basada fundamentalmente en el comercio que mantenían con las ciudades minoicas de Creta.

Hacia 2000 a. C. llegan los indoeuropeos y con ellos la Edad de Bronce implantando en la isla el culto a Poseidón.

Más tarde en 1400 a. C. llegan a la isla los aqueos acaudillados por el legendario rey Eacoque implanta un régimen de ciudad-estado en línea con los reinos micénicos del continente. En este punto ocurre lo que tantas veces sucede en la historia antigua de Grecia y es que la historia y la mitología se entrelazan para explicar cómo la isla tras sufrir una terrible epidemia que diezmó su población fue repoblada. Fue el rey Eaco el que suplicó a Zeus (que al fin y al cabo era su padre) que repoblara de nuevo su reino y Zeus entonces convirtió en humanos una colonia de hormigas que se alojaban en el tronco de un roble por eso a sus habitantes se les llamó “mirmidones” (que en griego significa hormigas).

Cuando hacia el 1100 a.C. los dorios conquistaron la isla no solo trajeron su dialecto que sustituyó al que allí se hablaba anteriormente sino que también introdujeron el culto a Zeus al que adoraban en el punto más alto de la isla, el monto Oros (se dice que cuando hay nubes en su cumbre en Atenas va a llover). También de esta época es el culto a Afea, la Diosa Madre.

Poco a poco se va gestando una fuerte vocación marinera que hace que en el siglo VII a.C. posea la que se consideraba la primera flota de Grecia por encima de la ateniense. Los trirremes eginetas eran famosos por su eficacia.

La rivalidad entre ambas ciudades-estado era inevitable y se perpetuó durante la Guerra del Peloponeso hasta su fin en el siglo V.

Aegina fue derrotada y humillada por Atenas teniendo que entregar su flota y destruir sus propias murallas. Deja de ser independiente y pasa a formar parte de la Confederación de Delos a quién tiene que pagar un tributo anual.

Más tarde en el siglo IV estará bajo el dominio macedonio y posteriormente pertenecerá a la Liga Aquea no volviendo a ser ya nunca una ciudad de primera categoría.

Hasta esta decadencia, Egina fue capaz, gracias a su desarrollado y floreciente comercio, de acuñar su propia moneda. Las relaciones con Egipto eran muy fuertes. De su escuela de escultura salió Anaxágoras, autor del Zeus de bronce que se encontraba en Olympia y su elaborada cerámica gozaba de gran reputación en el mundo entonces conocido. Y el más representativo monumento de la isla también es de esta época: El Templo de Agea que junto con el Templo de Poseidon en Sounio y el Partenon de Atenas formaban el triángulo sagrado del mundo heleno.

Egina a partir de entonces sufre todos los avatares de otras ciudades griegas que pasan sucesivamente bajo el dominio de Macedonia, de Roma, de Bizancio, de Venecia, del Reino de Aragón para por fin pasar a formar parte del Imperio Otomano en 1538 cuando es sitiada y arrasada por el corsario turco Barbaroja que asesina a casi toda la población para deportar a los niños a Constantinopla para ser vendidos como esclavos (unos de los innumerable ejemplos de los horrores y tropelías cometidos al amparo de las guerras).

EGINA EN LA ACTUALIDAD

La grandeza de Egina (es la primera capital griega que se levanta para luchar por su independencia) queda patente cuando en 1806 en su catedral se constituye el primer gobierno libre de la nueva Grecia encabezado por Ioannis Kapodistrias, el primer presidente del Nuevo Estado Griego. Este hecho supone suficiente mérito para que sea escogida como la primera capital del recién estrenado Estado Griego desde 1828 hasta 1829 y en ella se acuñe la primera moneda como estado independiente. Esta nueva dracma lucía en el reverso un ave fénix renaciendo de sus cenizas.

También se gestan aquí las instituciones básicas para el desarrollo futuro como el Banco Nacional, el Museo Nacional y la Biblioteca e Imprenta Nacionales que más tarde serán transferidas a Atenas cuando ésta se constituye como capital definitiva.
En este año de capitalidad se construyen bellas mansiones neoclásicas para ser residencia de las personalidades de la vida pública.

Hasta llegar al punto actual en que se ha convertido en destino turístico de referencia, su economía se basó en la cerámica, en la pesca de esponjas y en los encajes.

CHORA, LA CAPITAL DE LA ISLA Y SUS ALREDEDORES

Chora en realidad significa solo “capital” pero así se denomina a la principal población de la isla para diferenciarla del nombre de la isla “Egina”. Tiene una antigüedad de 5.500 años y está situada alrededor del puerto que es el centro neurálgico de la ciudad. Sus callejuelas retorcidas y calles más importantes salpicadas de mansiones neoclásicas se ordenan en forma de anfiteatro frente al mar.
En el puerto está la iglesia de Agios Nikolaos que recibe los barcos que llegan a puerto. Desde aquí salen muchas veces al día los rápidos catamaranes y los Flying Dholfins que tan solo tardan 35minutos en llegar al Pireo aunque también están los ferrys tradicionales que emplean aproximadamente 1 hora y 20 minutos.

Desde la capital se pueden hacer interesantes visitas, unas más próximas que otras.

Cerca de la ciudad, en una colina cercana, se encuentra la antigua ciudad de Colona en la que quedan vestigios de un templo dedicado a Apolo (queda una columna en pié) así como basamentos del periodo micénico. No muy lejos de Chora hallamos también la Iglesia de San Teodoro que conserva algunos frescos del siglo XIII.

En el centro de la isla se encuentra el monasterio de San Nectario que fue quién comenzó a construirlo cuando se retiró del mundanal ruido para morir y ser enterrado en este mismo lugar, años después fue canonizado y anualmente cada 9 de noviembre tienen lugar ceremonias en su honor. La peculiaridad de este monasterio es que siguió el modelo arquitectónico de Santa Sofía de Constantinopla para su construcción.

Quizás el monumento más característico de Egina sea el Templo de Afea que data del siglo V a.C. y que es un estupendo ejemplo del estilo dórico aunque presenta la peculiaridad de tener dos plantas. Se construyó en conmemoración de la batalla de Salamina y se encuentra a 11 km. al este de Chora.

La época medieval también tiene su representación en el pueblo de Paleochora cuyas defensas son las propias de las poblaciones atacadas por mar por los piratas del Mediterráneo. Aún se conservan algunas construcciones del siglo XIII.

Otra agradable excursión sería el balneario de Santa Marina, a 3.5 km al nordeste de la isla, construido junto a una hermosa playa de 500 metros bordeada de pinos.

IR A EGINA

Ir a Egina por unas horas o unos días es disfrutar de un entorno tremendamente agradable, es pasear por sus callejuelas o entre mansiones neoclásicas por el barrio de los profesores con sus edificios del siglo XIX como el castillo Zaimi, la Torre Ralliy la residencia de Eleutherios Venizelos (probablemente el político de la Grecia moderna más importante que dió nombre al aeropuerto de Atenas.

Ir a Egina es viajar al pasado a través de sus templos clásicos.

Ir a Egina es por supuesto comprar sus pistachos mientras se pasea por el puerto y sentarse en una taberna cualquiera como Vatsoulias para degustar los platos caseros que se ofrecen y tomar un pan recién hecho en el horno.

No en vano muchos atenienses acomodados la escogen para construir sus mansiones en estilo local como en la localidad de Pachia Rachi y disfrutar aquí de su segunda residencia.

TABERNAS Y RESTAURANTES EN LA ISLA DE EGINA:

Nuestra recomendación para disfrutar de las mejores comidas en las tabernas y restaurantes de Egina:

  • To Dromaki
    Akti Toti Hatzi 4Egina, Grecia
    +30 2297 024445
  • O Pelaisos
    41 Leoforos Dimokratias | Aegina’s Port180 10, Grecia
    +30 2297 023897
  • Kriton Gefsis in Aegina
    Ireioti Panagi | DamonosEgina 18010, Grecia
    +30 2297 026255
  • Kappos Etsi
    Panayi Irioti 9180 10, Grecia
    +30 2297 027219
  • Panta Rei
    Leoforos Dimokratias 13Egina 180 10, Grecia
    +30 2297 022317

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