¿Quiere descubrir una parte de Grecia fuera de los Circuito Culturales normales?
Entonces no se lo pierdas y descubra con este circuito las joyas del Dodecaneso.
Deje que le enseñemos la hermosa ciudad medieval de Rodas, con su Palacio del Gran Maestre de los Caballeros de Rodas y su puerto, antiguo lugar donde se alzaba el imponente Coloso de Rodas. Visite las impresionantes ruinas que acoge esta isla como la impresionante Acropolis de Lindos y enamórese de la naturaleza salvaje del Valle de las Mariposas.
Acompáñenos a través del Mar hasta llegar a la pequeña y mágica isla de Symi y desde ahí continuarán el recorrido hasta la más desconocida Kos, otra pequeña joya del Dodecaneso que alberga tesoros como el Asklepion, donde se encuentra la tumba de Hipocrates o el magnífico Odeon Romano.
Si eres un enamorado de Grecia y ya conoces el continente, no te puedes perder este recorrido único por el Dodecaneso.
Vuelos con Aegean desde Madrid o Barcelona, 1 maleta facturada por persona
5 noches en Rodas en régimen de alojamiento y desayuno
2 noches en Kos en régimen de alojamiento y desayuno
Guía oficial de habla hispana durante el circuito
Traslados en autobús de lujo durante el circuito
Traslados en Rodas, Symi y Kos
Entradas durante el circuito
Seguro de viaje con MAPFRE
El precio no incluye:
Tasas aéreas
Almuerzos y cenas
POLÍTICA DE CANCELACIÓN
Si por cualquier razón el pasajero deseara cancelar el viaje reservado, el pasajero deberá notificarlo por escrito a Grecia Vacaciones y se aplicarán los siguientes cargos según la fecha en que se cancele el viaje:
Tasas de cancelación para reservas individuales: • Hasta 30 días antes, solo Gastos de Gestión (20€ por persona) • De 29 a 15 Días – 20% de Gastos • De 14 a 8 día – 50% de Gastos • Menos de 7 Días – 100% de Gastos
MUY IMPORTANTE ***Cualquier cancelación realizada después de confirmar los servicios y abonar el depósito, tendrá unos Gastos de Gestión 20€ por persona.
Tras el desayuno, se visitará la ciudad medieval de Rodas.
La ciudad medieval posee un recinto amurallado semicircular que rodea el antiguo puerto y que está magníficamente conservado. Fue construido por los Caballeros Hospitalarios de la Orden de San Juan durante los doscientos doce años que permanecieron en la isla.
Las murallas, de 12 m de espesor, están reforzadas por tres torres y tienen nueve puertas de acceso, entre las que destaca por su majestuosidad la puerta de la Marina, frente al puerto. Esta puerta está flanqueada por dos grandes baluartes defensivos decorados con la flor de lis sobre el escudo de la Orden.
El recinto amurallado se haya a su vez reforzado por otra muralla interna que delimita una pequeña zona que actuaba como ciudadela en la que se concentraban los principales edificios propiedad de la Orden de San Juan.
En esta sección de la ciudad, llamada Colakio, está la Calle de los Caballeros, con los distintos albergues (delegaciones) de las nacionalidades que componían la Orden. El edificio de la delegación española se llama “Castellania” y hoy en día alberga una biblioteca.
Al final de la calle, se encuentra el Palacio de los Grandes Maestres en cuyo interior se puede ver una interesante colección de muebles de los siglos XVI y XVII y valiosos mosaicos romanos procedentes de la vecina isla de Kos.
Una escalera monumental conduce al piso superior desde el que se puede admirar una vista panorámica de la ciudad. Este palacio fue destruido por una explosión en 1856 y los italianos lo reconstruyeron en 1940 para que sirviera de residencia a su rey, Victor Manuel II. También fue utilizado como residencia de verano por Mussolini.
La visita continúa por otro importante edificio, el Hospital de los Caballeros.
Construido en el siglo XV por iniciativa del Gran Maestre catalán, Antonio Fluvian, para atender a los caballeros de la Orden heridos o enfermos, hoy en día alberga el Museo Arqueológico.
TIEMPO LIBRE PARA EL ALMUERZO.
Tras la comida, se completará la visita de la ciudad medieval o Burgo, situado al sur de Colakio. Aquí se encuentran los antiguos barrios residenciales, como el barrio judío, con su sinagoga, el barrio turco, con la mezquita de Solimán, y también diversas iglesias católicas y ortodoxas y edificios públicos.
Caminando por las calles empedradas, veremos plazas que parecen de otro tiempo, como la de Hipócrates, con su fuente de estilo otomano. La Plaza de los Mártires, con una bonita fuente adornada por tres caballitos de mar en bronce. Encontraremos mezquitas con sus minaretes, edificios bizantinos y templos antiguos, así como el edificio del Mercado, el Palacio del Arzobispo, la Iglesia de la Anunciación, el edificio de Correos, el Ayuntamiento.
Por último, se visitará Mandraki, el antiguo puerto de la ciudad de Rodas que hoy en día es el puerto deportivo para barcos y yates privados. Aquí abundan los edificios que datan de la ocupación italiana. A la derecha se sitúa el muelle de San Nicolás con sus emblemáticos ciervos de bronce y la torre medieval.
La antigua Cámiros ha sido llamada la Pompeya de Grecia, debido a que también quedó enterrada por la tierra, aunque en este caso no fue la causa un volcán, sino que la ciudad fue abandonada poco a poco hasta quedar desierta y olvidada bajo la tierra tras el paso de los siglos.
Cámiros fue fundada por los dorios, aunque fueron los aqueos, en el siglo VI a.C., los que le dieron su mayor esplendor, llegando incluso a acuñar su propia moneda. A diferencia de Lindos, que tenía una gran tradición naval, la principal actividad de la sociedad de Cámiros era la agricultura, produciendo gran cantidad de vino, higos y aceite. La necesidad de exportar estos productos fue el estímulo para la creación de una importante industria de la cerámica.
La ciudad alcanzó su mayor auge en el S. VI a.C. Luego entró en declive, hasta desaparecer en el siglo II d.C.
El recinto arqueológico ocupa varios niveles. En la cima de la colina se situaba la acrópolis, dominando la ciudad, que ocupaba una zona intermedia en la que vivía la población. En el nivel inferior se encuentran el mercado, una fuente dórica y el ágora, entre otras construcciones.
Los restos más antiguos se han hallado en una colina cerca del pueblo de Calavarda, donde se excavaron varias tumbas de cámara del periodo micénico.
Los principales monumentos visibles en la zona, pertenecen a los periodos helenístico y romano. Tras el terremoto que se produjo en 227-6 a.C., la ciudad se reconstruyó y quedó dividida en tres niveles.
El nivel más bajo lo ocupaba una especie de ágora sagrada con santuarios y templos. El intermedio estaba formado por casas privadas dispersas. En el nivel superior se encuentra la acrópolis.
Entre otros monumentos, hay que mencionar el templo dórico de Atenea Cámira, de época helenística, que fue construido sobre las ruinas del templo arcaico del siglo VI a. C.; un depósito de agua y un acueducto, una stoa y un alta, ambos de época helenística.
Desafortunadamente, muchos de los objetos hallados en Cámiros hay que verlos en el Museo Británico y en el Louvre.
Tras la visita, se continuará hasta Iálisos.
El distrito de Iálisos abarca la parte norte de la isla y estuvo habitado desde época prehistórica. Se han encontrado restos de un asentamiento minoico en Trianda y cementerios micénicos en las colinas circundantes de Macria Vounara y Mosju Vounara (1700-1400 a. C.).
Se visitará la antigua Iálisos. Esta ciudad se extendía alrededor de la colina de Filerimos, lugar donde se emplazaba la acrópolis, y donde hay restos de edificios de las épocas arcaica, bizantina y medieval.
Destaca el Templo de Atenea Polias, la casa-fuente dórica con dos conductos subterráneos que llevaban agua desde lo alto del cerro hasta una cisterna excavada en la roca, la iglesia es de la época de los Caballeros (S. XIV). Tiene una cubierta abovedada y dos capillas hexagonales, así como el baptisterio perteneciente a una antigua basílica paleocristiana de tres naves, construida sobre las ruinas del templo de Atenea.
Se encuentran también fortificaciones bizantinas y las ruinas del catolikón (iglesia común) de un monasterio bizantino de finales del siglo X a principios del XI. En ella se conservan inscripciones cruciformes.
Tras la visita de la ciudad de Iálisos, iremos al Valle de las Mariposas, llamado así por los millones de ellas que se concentran en este lugar, especialmente en verano, ya que desovan en la zona.
TIEMPO LIBRE PARA EL ALMUERZO.
Después de comer (o antes, dependiendo del tiempo), se visitará el Monasterio de Filérimos.
El Monasterio de Panagía Filérimos es de época medieval cuya iglesia está construida sobre unas catacumbas de la época paleocristiana, que a su vez habían suplantado a un templo dedicado a la diosa Atenea.
La colina tomó su nombre de un monje proveniente de Jerusalén, en el siglo XIII, quien traía consigo una pintura de la Virgen cuyo autor había sido, según la tradición, el evangelista Lucas. Esta pintura se encuentra hoy en San Petersburgo.
El monasterio actual fue construido en el siglo XIV por los Caballeros de San Juan en piedra y en estilo gótico, ocupando lo que anteriormente era otro monasterio bizantino.
Durante la ocupación otomana fue utilizado como establo por lo que se hizo necesaria una importante reconstrucción hace unos 70 años. Antes de dejar el monasterio se puede visitar la pequeña capilla subterránea de San Jorge. Saliendo del recinto y por un camino que asciende se llega a lo alto de la colina en la que se construyó una enorme cruz que domina unas vistas espectaculares.
En la costa oriental de Rodas, a 55 km al sur de la capital, se haya uno de los pueblos más bellos de Grecia, Lindos. Hasta llegar allí, pasaremos por varios centros de turismo con las mejores playas de la isla, como son Faliraki, Afandu, Tsambica, Colibia…
La ciudad nueva de Lindos, pese a ser un lugar famoso que atrae numerosos visitantes durante todo el año, ha sabido conservar su carácter de villa pesquera medieval. Construido en la ladera del monte Crana, fue antiguamente la segunda ciudad de Rodas después de la capital. Sus calles empedradas, sus casas encaladas, con tejados de teja roja, y su pequeño puerto, llamado San Pablo en recuerdo a la primera parada que allí hizo el apóstol en su viaje a la isla, se unen a un envidiable emplazamiento junto a una bonita playa.
Todo ello hace que Lindos sea un lugar único y especial. Sin ir más lejos, fue el escenario escogido para rodar la película, mundialmente famosa, protagonizada por Anthony Queen Zorba el griego que popularizo el tradicional baile del sirtaki.
Sobre un promontorio abrupto, dominándolo todo, está la antigua acrópolis de Lindos, donde se conservan importantes restos arqueológicos entre los que destaca un templo consagrado a Atenea Lindia, construido en el siglo IV a.C, sobre otro anterior del siglo VI a. C, que fue destruido por un incendio. El templo fue un centro importante de culto a la diosa Atenea. Numerosas excavaciones en este lugar han sacado a la luz valiosos objetos que podremos ver en el Museo Arqueológico de Rodas.
La acrópolis vivió su mayor apogeo en tiempos de uno de los grandes sabios de la antigüedad, Cleóboulo, contado entre los siete sabios de Grecia, y uno de los ciudadanos más ricos, que financió las obras realizadas en la acrópolis.
Además, distintos documentos y escritos históricos han situado aquí a importantes personajes, legendarios o reales, como Hércules, Alejandro Magno o Helena de Troya.
TIEMPO LIBRE PARA EL ALMUERZO.
Regreso a Rodas por la tarde y alojamiento en el hotel de Rodas.
Salida temprano hacia el puerto para tomar el ferry hacia Symi.
A continuación, se realizará a pie una visita de la pequeña ciudad de Symi, con sus casas neoclásicas.
La pequeña isla de Symi pertenece al grupo de islas de Dodecaneso junto con Rodas, Carpatos y Kos las tres más grandes, y las menores: Tilos, Nisiros, Calimnos, Astipalea, Leros, Patmos, Cassos y Casteloriso (que es la más alejada). Como la mayoría de ellas, está muy cercana a la costa turca de la que apenas la separan unos 6 ó 7 km.
Su superficie, de apenas 59 km2, es montañosa y esta surcada por pequeños valles interiores. El litoral, en general, abrupto y acantilado, está intercalado de pequeñas playas que lo hacen más amable y atractivo para el disfrute del mar. Al territorio de Symi también pertenecen dos islotes que están situados uno al norte, Nimos y otro al sur, Sescli.
La leyenda la hace el lugar de nacimiento de las Tres Cariátides (o Carites, en el panteón latino las Tres Gracias, tan representadas en el arte a lo largo de la historia). Estas tres diosas tan femeninas eran hijas de Zeus y Eurínome, la oceánide hija de Océano y Tetis. Encarnaban el encanto en todos los aspectos de la vida, como indica el significado de sus nombres, Aglaya la belleza, Eufrosine el júbilo y Talía las festividades. Bastante de este encanto ha quedado en la pequeña isla de Symi.
El nombre de la isla, Symi, por el que se la conoce en la actualidad, está empapado de mitología como no puede ser de otra manera.
Symi era una ninfa que tras unirse al dios del mar Poseidón tuvo un hijo llamado Ctonios que fue el rey de los primeros pobladores de la isla y desde entonces tomó el nombre de su madre, la ninfa. Otro de los míticos primeros pobladores de Symi fue Glauco, un marinero que enseño a los habitantes el arte de la pesca y la natación.
La capital Symi, es con mucho la mayor población de la isla. Está situada en la costa norte frente al islote de Nimos. Su puerto comunica la isla por mar con las vecinas Rodas y Kos con bastantes frecuencias de ferrys y barcos.
En realidad, la capital está formada por dos núcleos urbanos. Abajo esta la zona del puerto al que se denomina Yialos o Cato Symi (la ciudad de abajo) y arriba se encuentra Jora o Ano Symi (la ciudad de arriba).
Al conjunto de la ciudad se le ha concedido merecidamente el título de “Pueblo de Interés Nacional” ya que numerosas casas, edificios y mansiones son del siglo XIX, de estilo neoclásico. Esto confiere una gran homogeneidad a este paisaje urbano que está protegido desde los años 70 y que refleja un pasado rico y aristocrático. Tanto las edificaciones del puerto como las de la zona alta trepan por la ladera de la montaña y para acceder de una a otra se utiliza una calle con 500 amplios escalones llamada Calí Strata, “Calle Hermosa”.
A ambos lados del camino quedan las casas neoclásicas de dos o tres pisos con hermosos balcones y portones de madera, tras los cuales suele haber patios interiores adornados con flores. Las fachadas van del blanco al amarillo pastel, dando una sensación de elegancia, brillantez y luminosidad que atrapa la vista.
En el interior de estas casas abundan los trabajos de madera tallada, una de las artesanías por las que Symi es conocida. A medida que ascendemos hacia Jora, la ciudad alta, las casas no son tan suntuosas y no hay tanto ambiente como en el puerto, donde se concentra la vida de la ciudad.
En el puerto, Yialos, se pueden visitar varios lugares de interés, como la llamada Torre del Reloj (una imponente edificación construida en el año 1890), el astillero, o el Monumento al Soldado Desconocido, y, por supuesto, callejear para disfrutar de la amplia oferta de tabernas, cafenios (cafeterías tradicionales), tiendas y restaurantes que sin duda dejarán muy buen sabor de boca en el visitante.
Merece la pena llegar hasta Jora, la ciudad alta, a pesar de lo empinado del camino no solo por las estupendas vistas sobre el paisaje circundante sino por los interesantes sitios que se pueden visitar. Aquí está emplazado el Castillo de los Caballeros de la Orden de San Juan con su escudo en la entrada. Fue construido en el siglo XIV sobre un templo dedicado a Atenea Acra y parcialmente destruido por los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial.
Por la tarde, traslado al puerto para tomar el ferry de regreso a Rodas. Alojamiento en el hotel de Rodas.
Tras el desayuno, se visitará el santuario de Asclepio (Asklepeion)
En el año 460 a.C. nació en la isla de Kos el que está considerado el padre de la Medicina, el genial Hipócrates, quien con esa gran capacidad de pragmatismo y racionalismo que tuvieron los grandes científicos, estadistas, artistas y filósofos del siglo de Pericles, supo sentar las bases de la medicina moderna. Su padre y su abuelo ya practicaban las artes curativas.
Hipócrates fundó una escuela que revoluciono la práctica de la medicina de su época, independizándola de la religión y la filosofía. Sistematizó muchos de los conocimientos que ya se tenían, estableciendo prácticas médicas concretas e instaurando el compromiso llamado “Juramento hipocrático” que ha llegado hasta nosotros.
Según la tradición, el “padre de la medicina moderna” impartía clase a sus alumnos en la antigua ciudad de Kos, bajo la sombra de un gran árbol, un plátano. Este árbol existe aún hoy en día (aunque no se puede precisar si es el original o algún vástago de aquél) y es considerado el árbol más longevo de Europa. La tradición dice que el apóstol San Pablo en su viaje de evangelización predicó también bajo su sombra. Nunca un árbol tuvo tan insignes personajes bajo su copa.
Cuando Hipócrates murió en el año 357 a.C. ya había creado una corriente de médicos “modernos” que continuarían su obra. Sobre una colina, a las afueras de la ciudad, se construyó un templo dedicado a Asclepios, dios de la salud, y al propio Hipócrates, que incluía un centro de curación, termas y una escuela de Medicina para formar futuros médicos. Allí se ponían en práctica sus enseñanzas en lo que en realidad se puede considerar el primer hospital de la historia ya que recibía pacientes de todo el Mediterráneo. Se denominó Asklepeion y hoy en día se pueden visitar sus ruinas.
TIEMPO LIBRE PARA EL ALMUERZO.
Antes o después del almuerzo, se visitará también la basílica paleocristiana de Agios Stefanos.
De todas las basílicas que se descubrieron en la isla durante sucesivas excavaciones, las dos basílicas de Agios Stefanos destacan por ser las más grandiosas y mejor conservadas de todas. Se estima que fueron construidas entre el 469 y el 554 d. C, fechas de los dos grandes terremotos que azotaron la isla, siendo el segundo el causante de la destrucción del monumento. Constan de tres naves y sus paredes son de piedra caliza local, de color rojizo. Están construidas sobre una roca, frente a la isla de Castri, justo en el istmo de Kefalos y antes sólo tenían acceso por mar o desde la playa
La gran basílica, que fue descubierta por el arqueólogo italiano Laurenzi, en 1932, tenía un patio rectangular rodeado en sus tres lados por columnatas de pilares de granito, que fueron restauradas por los arqueólogos italianos. Las naves laterales de la iglesia principal también estaban separadas por columnatas, con pilares de mármol blanco y capiteles jónicos con figuras.
El Sintronon (bancos/asientos para el clero) se distingue al este, en el ábside del altar. Una barrera de mármol que constituía el iconostasio, separaba el altar de la iglesia principal. Ricos mosaicos con varios patrones geométricos y de otro tipo adornan este monumento y, en particular, el del nártex, que representa una síntesis de círculos y pavos reales.
La basílica menor, situada al norte de la mayor, fue descubierta en 1935. Era una capilla del cementerio que existía allí y, por tanto, se caracterizó como basílica funeraria. Se han conservado el ábside del altar, el Sintronon y los cimientos de la pantalla de iconos.
Después de la visita se podrá disfrutar de un agradable baño en la hermosa playa de Agios Stefanos.
Tras el desayuno, se visitará el Museo Arqueológico y el Castillo Medieval de Kos.
En el museo arqueológico, situado en el casco antiguo de la ciudad, concretamente en la plaza Elefcerías (Plaza de la Libertad), se conserva una estatua de cuerpo entero de Hipócrates.
En la actualidad la ciudad de Kos acoge el Instituto Hipocrático Internacional y un museo dedicado al “primer médico de la antigüedad”.
Después se visitará el Castillo Medieval.
El castillo de la ciudad de Kos (Neratsia) está situado en la entrada del puerto, frente al castillo de Halicarnaso (Fortaleza de San Pedro) situado en las costas turcas. Desde uno y otro castillo se controlaban los estrechos estratégicos entre Kos y Turquía.
Se construyó inicialmente sobre un islote que bloqueaba la bocana del antiguo puerto y su entrada está situada en la Plaza del Plátano de Hipócrates, donde un puente cruza la Avenida de las Palmeras, que solía ser un foso hasta principios del S. XX.
El Castillo o Castello es la parte más significativa de la fortificación caballeresca y complementa maravillosamente la muralla que rodea la ciudad. Su objetivo principal era la defensa del mar y la protección del puerto y por eso está algo aislado de la defensa terrestre. No sabemos exactamente cuándo empezó a construirse, pero sí que ya existía a finales del siglo XIV.
El castillo está circundado por dos muros fortificados y concéntricos, que se unen en el lado este, mientras que un amplio foso los separa en el lado norte, oeste y sur. El mar debe haber subido hasta el muro interior, antes de que se construyera el muro exterior, que es más reciente que el otro. Están conectados por un camino cuesta abajo en pendiente, construido sobre los arcos de un antiguo puente.
TIEMPO PARA UN ALMUERZO TEMPRANO
Por el medio día, recogida en el hotel para realizarles el traslado al aeropuerto de Kos para tomar los vuelos de regreso a España.
FIN DEL VIAJE
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