Viajar a Milos
Viajar a la isla de Milos
ISLA DE MILOS
La isla de Milos es “la isla de los colores”, perteneciente a las islas Cycladas. La naturaleza geológica del archipiélago es la principal razón de su fabulosa variedad de colores y paisajes.
Milos y las cercanas islas pertenecen a una alineación de importantes volcanes llamada “Arco volcánico del Egeo”. Gracias a su origen volcánico ofrece playas, rocas y aguas de singular belleza. Es un lugar aún por descubrir.
Milos está habitada desde el neolítico (7000-2800 aC) y se desarrolló mucho más rápido que sus islas vecinas debido a la existencia de un cristal volcánico, negro y duro conocido como obsidiana. Los habitantes de Milos se especializaron en la fabricación de herramientas y armas de este material. Herramientas de obsidiana se han encontrado en Creta, Chipre, el Peloponeso y Egipto.
Después de dos años de asedio los atenienses destruyeron las ciudades, mataron a todos los hombres y vendieron a las mujeres y niños como esclavos. Al final de la Guerra del Peloponeso los espartanos ayudaron a los habitantes de Milos a regresar a su tierra natal y reconstruir su ciudad.
Durante el período helenístico, Milos pasó por un nuevo período de prosperidad, esta vez bajo el imperio de los macedonios y el de Ptolomeo de Egipto. Después de la caída de Constantinopla por los francos en 1204, las islas del Egeo quedaron bajo el dominio veneciano. Milos estaba gobernada por Marco Sañudo y su dinastía se mantuvo hasta 1361.
Cuando el pirata Barbarroja llegó a apoderarse de la isla, la dinastía Krispon (después de la dinastía Sañudo) no ofreció ninguna resistencia y entregó Milos a los turcos.
Durante la Edad del Bronce (2800-1100 aC) Milos se convirtió en el centro de la cultura cicládica. La ciudad más poderosa fue Phylakopi. Sus ruinas fueron encontradas en la costa norte-oriental de la isla, cerca de Pollonia, por dos arqueólogos ingleses, Smith y Hogarth. Las ruinas representan tres diferentes fases históricas que abarcan un período de más de 1500 años. La ciudad fue destruida y reconstruida en tres ocasiones por sus habitantes. La destrucción final de Phylakopi fue probablemente por la civilización micénica, que construyó una nueva ciudad con características micénica visibles. Grandes obras de arte han sobrevivido de esta época: ánforas, vasijas, pinturas en las paredes, todos ello se expone en el Museo Arqueológico de Atenas y de Milos.
Durante el período Arcaico, la civilización minoica se redujo y la ciudad de Phylakopi fue abandonada. Una nueva ciudad se encontró bajo el pueblo actual de Klima. Esta antigua ciudad fue construida por los dorios que dejaron Sparta para instalarse en Milos.
El período clásico fue un momento difícil para Milos. Sus habitantes lucharon en el lado de Atenas durante las guerras persas. Sin embargo, durante la Guerra del Peloponeso trató de permanecer neutral con el fin de proteger su independencia. Esto provocó una reacción por parte de los atenienses enviando una parte de su flota tratando de forzar a Milos a ayudarlos, sin conseguir ningún éxito. En el año 416 a.C una nueva ofensiva ateniense fue enviada a Milos, expedición que ha sido narrada por Tucídides, antiguo y famoso escritor.
Milos fue sitiada durante dos años, pero los habitantes seguían negándose a unirse a la Liga de Delos dirigida por Atenas, entregando su libertad y autonomía. Fue un momento de paz durante el cual soberbias obras de arte fueron creadas, tales como la estatua de Poseidón y la Venus de Milos.
En el período romano el comercio de minerales de la isla creció aportando una gran riqueza a sus habitantes. La ciudad fue trasladada hacia el norte, a la zona de Tramythia, donde se descubrió un mosaico en el año 1896. Esta impresionante pieza cubría el suelo del santuario de un templo dedicado a Dioniso.
El anfiteatro de mármol de Milos data del mismo período. Fue construido en un lugar que ofrece una impresionante vista sobre el mar y da testimonio del gran desarrollo espiritual y cultural de Milos durante este período.
El cristianismo se extendió rápidamente en Milos. En el siglo I dC, las catacumbas fueron construidas para proteger la fe cristiana y permitir a sus adeptos efectuar sus ceremonias religiosas y enterrar a sus muertos lejos de los ojos y el rechazo de los paganos. Las espectaculares catacumbas se pueden visitar, y se encuentran cerca del pueblo de Tripiti.
La ciudad de Klima, capital de Milos, fue abandonada después de un desastroso terremoto y los resultados indican que los habitantes se trasladaron a áreas como Komia y Emborios.
Milos también sufrió numerosas incursiones de los árabes, eslavos y, como no, de los piratas.
En los siglos VIII y IX los habitantes se rebelaron contra el emperador de Bizancio, en su mayoría por razones religiosas, y fueron reprimidos con gran ferocidad.
En 1566 todas las Cícladas estuvieron bajo el dominio turco. La administración de la isla fue concedida a un banquero judío. Después de su muerte, Milos estuvo bajo el dominio del sultán Mourat III. La isla fue semi-autónoma y debía pagar impuestos al delegado del sultán.
En 1675, un pirata local, George Kapsis, fue nombrado rey por los habitantes de Milos, por sus fuertes sentimientos anti-turcos. Los turcos lo arrestaron en 1678 y lo colgaron en Constantinopla. En 1771 Milos estuvo bajo el dominio ruso, pero fue reconquistada por los turcos tres años después.
La isla de Milos fue una de las primeras islas de las Cycladas en tomar parte en la revolución de 1821 contra la ocupación turca y la batalla naval tuvo lugar en el mar que rodea Milos el 11 de abril de 1821.
Durante la Primera Guerra Mundial, Milos fue utilizada por los británicos y las fuerzas francesas como base naval. Los alemanes invadieron Milos durante la Segunda Guerra Mundial en mayo de 1941, y construyeron fortificaciones para su propia seguridad. Los habitantes de Milos resistieron heroicamente la invasión alemana y levantaron de nuevo la bandera griega en la isla el 9 de mayo de 1945. Muchos habitantes abandonaron la isla debido a la dureza de las condiciones de vida y se trasladaron a Atenas y a los Estados Unidos.
Milos es la patria de la célebre Venus de Milos ó Afrodita (estatua del 320 a.C.). Fue hallada por un habitante de Plaka el 8 de abril de 1820. Un cónsul francés compró la hermosa estatua a los aldeanos y la dió como regalo al rey de Francia Luis XVIII. Actualmente se encuentra en el Museo del Louvre.
Plaka es la actual capital de Milos, fundada en 1800. El pueblo se extiende a los lados de una colina que une los pueblos de Plakes, Triovassalos, Pera Triovassalos y Tripiti. El pueblo cuenta con la arquitectura tradicional de las Cycladas, con casas blancas, ventanas y puertas de colores, balcones llenos de flores y calles estrechas y retorcidas con reminiscencias venecianas. Desde Plaka se puede disfrutar de una magnífica vista del Golfo de Milos. Es más aconsejable visitar Plaka por la tarde-noche, a la hora de la cena. Sus tabernitas escondidas y la iluminación de sus calles la hacen mágica. De importante mención son el Museo Arqueológico y el Museo Folklórico.
Kastro es en realidad un antiguo barrio de Plaka, situado en la cima de una colina. Hoy en día está deshabitado y las pocas casas que quedan están en ruinas, aunque algunas están siendo restauradas. Desde Kastro se pueden disfrutar de unas magníficas vistas de la isla y unas puestas de sol inolvidables.
El puerto principal de la isla es Adamas, una concurrida ciudad refugiada en la bahía. Fue fundado en 1835 por refugiados de Sfakia que llegaron de Creta después del fracaso de su rebelión contra los turcos. A partir de estos momentos Adamas recuperó su importancia histórica debido a su gran puerto y su posición estratégica en el Mediterráneo oriental.
Para saber más sobre cómo las minas y los minerales han afectado la historia de Milos se debe visitar el Museo Mineralógico de Milos en Adamas. Dentro del museo se pueden observar objetos, imágenes, pinturas y fotografías, herramientas, que muestran la singularidad de la geología de Milos exponiendo su historia minera. Hay también un homenaje a las personas que han trabajado en las minas de Milos en el pasado y en el presente. También alberga muestras de minerales de la minería actual en Milos e información sobre el procesamiento y usos de los minerales.
Cercano a Plaka descubrimos Tripití, precioso y pintoresco pueblo con una rica historia especialmente próspera durante los períodos clásico y helenístico. Ofrece vistas al mar y la mejor puesta de sol de la isla. Es famoso por sus excelentes tabernas especializadas en aperitivos sabrosos.
A poca distancia de Tripiti se encuentran las Catacumbas Paleocristianas. Este es uno de los hallazgos arqueológicos más significativos e importantes de Milos. Se trata de uno de los cementerios cristianos más importantes de la época romana. Este complejo subterráneo está formado por tres catacumbas interconectadas. Tienen corredores que disminuyen de altura al llegar a la cámara de la muerte. Los pasillos tienen, por lo general, unos 200 metros de longitud con 5 o 7 tumbas talladas a cada lado del pasillo. Alrededor de 300 tumbas se encuentran en estas catacumbas. Pero estas tumbas no eran para una sola persona. En realidad enterraban muchos cuerpos en cada tumba, podrían ser hasta 8000 personas, aunque hay gente que cree que hay otra sección que no se ha descubierto todavía.
Cerca de las Catacumbas se encuentra el antiguo Teatro de Milos, construido probablemente en la época helenística. Sin embargo, hoy en día sólo la fase romana de este monumento sobrevive pero está bastante bien conservado y se organizan magníficas actuaciones en los festivales de teatro de la isla.
A medio camino entre Plaka y Adamas, en la costa, se encuentra Klima, un pintoresco pueblo de pescadores y centro termal. La belleza de Klima se debe a las casas de los pescadores talladas en las rocas con puertas de madera de colores, con el mar golpeando en ellas. La puesta de sol aquí es una experiencia increíble.
Pollonia, situado al noroeste de la isla, es un encantador pueblo de pescadores expuesto al azote del viento, construido alrededor de una bonita bahía con blancas casitas en toda la línea de la costa. La iglesia de Agia Paraskevi se encuentra en una pequeña península y es visible desde todos los rincones del pueblo. Desde Pollonia se pueden tomar embarcaciones para visitar las pequeñas islas de Kimolos y Glaronissia (la isla de las gaviotas)
Si las formas geológicas volcánicas de Milos son interesantes, los colores de sus playas y variedad son impresionantes: pueden ser blanco o negro, con arena, piedras pequeñas o proyectiles de tierra. Sus aguas son siempre claras y pueden ser esmeralda, verde o profundo azul. Pequeñas playas han sido creadas por el trabajo continuo del mar sobre las rocas.
A la mayoría de las playas se llega por caminos bien pavimentados. Otras, como Kleftikó, se puede llegar sólo desde el mar, en barcos de excursiones desde Adamas. Kleftikó es el lugar más fotografiado de Milos, con impresionantes rocas que forman cuevas naturales y raros fenómenos geológicos. Kleftikó también se conoce como “El Mar Meteora”. La leyenda dice que una de las cuevas de Kleftikó fue refugio de piratas y que escondieron allí su tesoro, pero nunca fue encontrado. El agua en Kleftikó es cristalina y es una experiencia única nadar entre sus formaciones rocosas y cuevas. Cerca de Kleftikó esta la bonita gruta de Sykia con una ensenada interior producida por el derrumbamiento de su bóveda.
De toda la gran variedad de playas de Milos son especialmente recomendables:
Ayia Kyriakí, protegida por rocas rojizas.
Achivadolimni, gran playa de arena frente al puerto de Adamas.
Papafrangás, playa encajonada entre paredes de roca.
Provatás, playa arenosa con manantiales submarinos que invitan a deliciosos baños nocturnos.
Voudiá, con un puerto milenario y una larga playa de guijarros que cuenta con numerosas fuentes sulfurosas que hacen bullir las aguas.
Fyriplaka, donde se pueden tomar baños de mar y sol en la más absoluta calma.
Importantes de mencionar son sus playas de Triades y Amoudaraki. Cada una de ellas consta de otras tres calas totalmente paradisíacas.
Una playa que no hay que dejar de visitar es Alogomadra, situada en un rincón de la otra bella playa, Agios Konstantinos. Es una pequeña calita parcialmente cubierta por una cueva de singular belleza.
No hay que irse de la isla sin conocer los arrecifes de Sarakinikó. Es una de las playas más bellas de Milos y seguramente la más particular. Todo el paisaje está formado por rocas volcánicas sin ningún signo de vegetación, de un inmaculado color blanco brillante que hace un interesante contraste con el azul intenso y turquesa de las aguas circundantes. Aparenta como si un “pedazo de luna” hubiera caído en esta zona de la isla.
RESTAURANTES Y TABERNAS EN LA ISLA DE MILOS:
Nuestra recomendación para disfrutar de las mejores comidas en los restaurantes y tabernas de Milos:
- Psaravolada RestaurantAgia Kiriaki Beach, 848 00, Grecia+30 2287 031105
- Avli-MilosPlaka 84800, Grecia+30 2287 027590
- Bakalikon GalanisTriovasalos, 848 00, Grecia+30 2287 028163
- EnalionPollonia 848 00, Grecia+30 2287 041415
- Jordan’s Meat…ing Steak House / Grill BarPollonia, Grecia+30 697 286 9333
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