Viajar a Chios

Viajar a Chios

Viajar a la isla de Chios

CHIOS, LA ISLA DE HOMERO

La Grecia insular del Egeo se divide y organiza en varios archipiélagos más o menos homogéneos en cuanto a fisonomía, geografía y tradiciones. Si quitamos las cycladas, blancas y volcánicas, el Dodecaneso, marcado por las cruzadas y las Esporadas, dispersas al norte de la gran isla de Eubea, nos quedan al norte un grupo heterogéneo de islas entre las costas de Grecia y Asia Menor que reciben el nombre de Islas del Egeo Norte.

Una de ellas, muy cercana a la península de Eritrea en la costa turca y separada solo por un estrecho canal es Chios (pronúnciese Jíos). Por su tamaño es una de las más grandes de este archipiélago (y la quinta de las islas griegas) con una superficie de casi 850 km2 y una cota máxima de 1297 m de altura en el monte Pelineon Oros. Su litoral se desarrolla a lo largo de 215 km en los que se alternan acantilados con pintorescas playas de arenas de distintas tonalidades.

Al territorio de Chios también pertenecen las pequeñas islas de InoussesPsara y Antipsara.

La población apenas alcanza los 55.000 habitantes la mitad de los cuales se concentran en la capital también llamada Chios.

Goza de un clima mediterráneo no demasiado extremo en verano ya que las temperaturas no suelen subir por encima de los 28 o 29 grados. Esto, unido al hecho de que tradicionalmente su economía ha estado basada hasta época muy reciente en la industria naval y que se haya abierto al turismo no hace mucho, la convierten en una isla “auténtica” en la que el pasado y las tradiciones forman parte del presente y se ofrece a los ojos de los viajeros para ser descubierta.

CHIOS EN LA HISTORIA

Como en toda tierra mítica la historia y la leyenda se mezclan en Chios de manera tan íntima que es imposible constatar el hecho de que, como dice la tradición, sea la patria de Homero, el padre de la Ilíada y la Odisea y del gran matemático Hipócrates.
De hecho se conserva y se puede visitar cerca de la capital en el camino a Vrontanos, la llamada Daskalopetra (la piedra del maestro) donde se dice que Homero se sentaba para impartir clases a sus discípulos.

Las primeras poblaciones de las que se tiene noticia en Chios fueron fundadas por los jonios. La principal colonia paso a formar parte de la Liga Jónica en el siglo VII a.C. junto a otras ciudades de Asia Menor y la isla de Samos.

En el siglo V a.C. el Imperio Aqueménida en su pugna con las ciudades griegas conquistó la isla. Cuando los persas se retiraron al ser vencidos en una de las Guerras Médicas, Chios buscó protección en la liga de Delos.

El devenir de la historia hizo que la isla pasara primero a ser dominada por el Imperio Romano, después por el Bizantino, más tarde, trás la conquista de Constantinopla en 1204 por los cruzados, pasó a depender de ellos, durante un período de tiempo en el siglo XI d. C. fue posesión de la Serenísima República de Génova hasta ser finalmente conquistada en 1566 por el Imperio Otomano.

Chios fue tristemente protagonista de uno de los episodios más cruentos que se produjeron durante la Guerra de Independencia de Grecia contra los turcos (1821 – 1829). En venganza por las continuas revueltas griegas y los ataques a sus poblaciones, los turcos atacaron en marzo de 1822 a la población masacrándola (más de 20.000 habitantes perecieron y 45.000 fueron esclavizados). Tan trágico fue este hecho que provocó el apoyo europeo de Francia, Gran Bretaña, Austria y Rusia a la causa de la independencia griega.

El arte y la literatura recogieron estos hechos denunciando las atrocidades que cometía el ejército turco. Delacroix pintó un impresionante cuadro llamado Escenas de la Masacre de Chios en 1824 (se puede contemplar en el Louvre) y Victor Hugo escribió su poema El niño de Chios.

La isla no pasó a formar parte de Grecia hasta 1912, tras la determinante Batalla de Elli (Primera Guerra de los Balcanes).

CHIOS, PUERTO Y CAPITAL

La capital recibe el mismo nombre que la isla: Chios. Tanto el puerto como la población que lo rodea son el centro de la actividad de la isla y el punto de partida para conocerla. Está situada al este de la isla frente a la costa turca, cuyas luces se pueden ver cada noche. Ocupa una llanura estrecha entre el mar y las colinas que la flanquean. Actualmente es una ciudad próspera con gran actividad social y a pesar de abundar en ella los edificios nuevos de varias plantas, no ha perdido el sabor de otras épocas. De este pasado se pueden destacar los restos de la fortaleza genovesa de estilo bizantino que se construyó en el siglo X y que estaba rodeada por una imponente zanja de 60 m de ancho a modo de defensa. En el recinto de la fortaleza se conservan algunas casas del periodo otomano.

En el centro de la localidad esta la Plaza de Vounkai donde se encuentra el Museo Bizantino en el que se puede visitar una mezquita y cerca del puerto se encuentra el interesante Museo Arqueológico.

DESCUBRIR LA ISLA

Desde la capital y hacia el oeste se sube por un camino que lleva al Monasterio de Nea Moni. Por el camino se pasa por otros monasterios más modernos pero no por ello exentos de interés como son los de Karyes y Kourna y el pequeño monasterio de San Marcos donde vivió como ermitaño. Es un camino ascendente que tiene magníficas vistas.

Al llegar a Nea Moni encontramos un magnífico monasterio bizantino del siglo XI conocido mundialmente por la riqueza artística que encierra como por ejemplo sus mosaicos.

Siguiendo el camino siempre hacia arriba y una vez pasado el pueblo de Avonyma se llega a Anavatos, llamado el”Mystras del Mar Egeo”. Es un pueblo abandonado pero este hecho solo le añade encanto y belleza. Su situación sobre un risco le hace prácticamente inexpugnable y sus casas de piedra gris (la misma que abunda en el terreno) aumentan aún más si cabe el ambiente fantasmagórico que rodea todo el conjunto.

El norte de Chios no esta tan poblado como el sur pero existen rincones que no se pueden dejar pasar por alto, como el pueblo de pescadores de Langada o Lagada , uno de los más bonitos de la isla por su situación junto a una bahía y rodeado de olivos y árboles frutales entre los que abundan los riachuelos. A esta zona le añaden mucho encanto los viejos molinos que aún se conservan.

Una visita fuera de lo común serían los pueblos deshabitados de Kidiada y Lidiada ya que ambos fueron focos de la resistencia local durante la ocupación alemana (no hay que olvidar lo mucho que sufrieron los territorios de Grecia ocupados por los alemanes durante la 2ª Guerra Mundial).

En la punta noroeste de la isla está entre otros el pequeño pueblo de Agio Galas en el que se encuentra la iglesia bizantina de Panagia Agiogaloussaena, la cual se construyó justo a la entrada de una cueva que comunica con otras aún sin explorar.
También en la costa oeste de Chios, pero más al sur, se sitúa la población más importante de la parte norte de la isla, Volissos que conserva un castillo bizantino que según la creencia popular fue mandado construir por el general bizantino Belisario, el gran militar que defendió el Imperio Bizantino bajo el mandato de Justiniano l en el siglo VI. El ingrato emperador al perecer y posiblemente por celos, le pagó sus servicios haciéndole acusar injustamente de corrupción. Belisario fue juzgado encarcelado y castigado con la ceguera. Desposeído de todos sus honores y bienes se vió obligado a mendigar por las calles de Constantinopla hasta que se refugió en el castillo de Volissos donde acabo du vida…así lo cuenta la leyenda.

Los pueblos del sur de Chios poseen una fisonomía común y peculiar. Muchos de ellos fueron construidos en los siglos XIV y XV, por lo que son puramente medievales.

Se caracterizan por sus calles empedradas y estrechas que van a parar a una plaza central donde suele estar la torre-refugio que la población utilizaba en caso de emergencia. Los más hermosos y mejor conservados son Pyrgi y Mesta.

En Pyrgi, aparte de caminar por sus calles y admirar las casas decoradas con esculturas, hay que conocer la iglesia bizantina de Agioi Apostoli, del siglo XII que conserva unos magníficos frescos. Bajando desde Pyrgi hasta la costa esta la curiosa bahía de Emborio cuya playa está formada de guijarros negros procedentes del volcán Psaronas que la convirtió en una playa negra. De estos pequeños cantos rodados se proveen los pueblos cercanos para usarlos mezclados con otras piedras blancas y a modo de mosaicos decorar las entradas de sus casas y jardines.

LOS SABORES DE CHIOS

Chios sabe a las deliciosas frutas que allí se cultivan, a naranjas, limones, higos y uvas.

Sabe a dulces caseros y tradicionales en los que se utiliza profusamente la miel y que se confeccionan con colores apropiados al acontecimiento en el que se consumen…

Dulces blancos para las bodas, oscuros en los entierros y de colores en las fiestas.
Pero sobre todo Chios sabe a Ouzo y a Mastiha.

El Ouzo es quizá la bebida más popular de Grecia, es un licor anisado bastante fuerte pero el de Chios es mucho más suave ya que lo preparan mezclado con hinojo, cilantro y la autóctona mastiha (resina que se obtiene de un arbusto de la familia del pistacho, una especie de lentisco). El resultado es una bebida transparente que se toma mezclada con agua y se vuelve blancuzca.

En la isla de Chios, éste suave Ouzo, al que llaman mastihato, se ha convertido en algo imprescindible en la mesa ya sea acompañando los pescados de sus costas, el pulpo, las aceitunas, pepinillos o el queso local. Si además se está en una taberna frente al mar la experiencia trasciende la gastronomía y se convierte en un auténtico placer.

El Mastic Lentisk es un arbusto autóctono de hoja perenne del que se obtiene una sustancia resinosa que podemos considerar como el primer chicle de la historia, la emblemática mastiha, el producto estrella de esta isla.

Crece fundamentalmente en el sur de la isla y son 21 pueblos los encargados de recolectar la resina y producir la mastiha. Tanto esta especie vegetal como su producto están protegidos por la U E E y a lo largo de la historia ha contribuido grandemente en la economía de la población de Chios. En la actualidad unas 5.000 familias basan gran parte de sus ingresos en el cultivo del árbol del mastic y en las exportaciones de su producto sobre todo a países árabes.

La mastiha se conoce desde la antigüedad por sus propiedades curativas, sobre todo se utilizaba masticada para la higiene dental. Su alto valor hizo que a lo largo de la historia la isla fuese un objetivo a conquistar para aprovecharse de los beneficios de su comercio. Los pueblos fortificados del sur de la isla tienen su origen en la defensa del mastic frente a piratas y barbaros. Esta riqueza también sirvió para que en ciertos periodos de su historia Chios tuviera ciertos privilegios bajo el dominio de los genoveses y los otomanos.

Las primeras referencias históricas a la mastiha se remontan al siglo V a.C., tanto los griegos como los romanos y más tarde los árabes lo utilizaban profusamente para el cuidado de los dientes. Con el tiempo se ha demostrado que más allá de su agradable aroma es beneficioso si se utiliza en la forma adecuada para bajar el colesterol, combatir las infecciones bucales, reforzar las encías, facilitar la digestión, mejorar las ulceras estomacales etc.

El proceso para la fabricación de la mastiha no ha cambiado prácticamente y se sigue haciendo como antaño. La época de la recolección es de junio a septiembre, los recolectores se levantan antes de que amanezca y se trasladan con todos los utensilios necesarios para la tarea en burros, una vez junto a los árboles les hacen pequeñas incisiones de las que mana la resina que se recoge cuidadosamente. Pasado un tiempo cristaliza en bolitas que se lavan en agua fría y tras varios pasos más llega al mercado para su consumo. Este trabajo tan artesanal se llama “kendos” y forma parte inseparable de la gente de la isla.

Hasta las leyendas chianas recogen la importancia de esta forma de vida y cuentan que el origen de la recolección de la resina está en las lágrimas que brotaron de los árboles cuando San Isidoro fue martirizado por los romanos en el año 250 d.C. y en conmemoración de este hecho comenzaron a recogerlas.

Chios no es solo una isla, es una forma de vida auténtica, viajar allí es despojarse del ruido y las prisas y si somos capaces de ello, la estancia puede renovar algo en el interior de los viajeros.

TABERNAS Y RESTAURANTES EN LA ISLA DE CHIOS:

Nuestra recomendación para disfrutar de las mejores comidas en las tabernas y restaurantes de Chios:

  • My Cafe
    Enoseos Av. 96 | KontariChios Town 82100, Grecia
    +30 693 666 2757
  • Ta Katsarolakia
    Karfas St.Karfas 821 00, Grecia
    +30 690 738 9011
  • Roussiko
    ThimianaThymiana 821 00, Grecia
    +30 2271 033352
  • To Kechrimpari
    Ag. Anargiron 7Chios Town, Grecia
    +30 694 242 5459
  • To Apomero
    Riga Feraiou | Spiladia KambosChios Town 821 00, Grecia
    +30 2271 029675
PSARA

La isla de Psara está a tan solo 48 millas de Chios formando parte de su territorio. Con una superficie de 39 km2 es en la actualidad un remanso de tranquilidad. Sus 500 habitantes viven en el único pueblo y puerto que existe en toda su geografía. Esta es rocosa, cubierta de montes y colinas por los que no transitan ni siquiera los coches.
La principal actividad económica, como en Chios, es la relacionada con el mar ya que el turismo apenas está desarrollado.

Pero éste es el presente, en el pasado fue tremendamente importante para la historia reciente de Grecia ya que desde que fue poblada en los siglos XV y XVI por gentes procedentes de Tesalia y otras islas que llegaban huyendo de los ataques turcos, comenzó a desarrollar un pujante comercio marítimo llegando a ser la tercera potencia griega tras Hydra y Spetses.

Durante la guerra de Independencia del Imperio Otomano Psara puso a disposición de la revolución todo su poderío naval. Este hecho les convirtió en blanco de las iras de los turcos que en junio de 1824 arrasaron la isla matando o esclavizando a sus habitantes. Los descendientes de los pocos que consiguieron huir son los que ahora la habitan.

INOUSSES

Esta pequeña isla también pertenece al territorio de Chios, se sitúa entre ella y la costa turca y a pesar de ser más pequeña que Psara tiene una mayor población que llega a los 800 habitantes. Tambien aquí su economía se ha basado tradicionalmente en la actividad marítima. De hecho varios de los más importantes armadores griegos nacieron aquí y aunque las oficinas centrales de sus negocios marítimos están en Londres y Nueva York, vuelven cada verano a su tierra llenando el pequeño puerto con sus yates y lujosos barcos.

El pueblo se llama Egnoussa y destaca por el peculiar estilo de sus casas tradicionales.

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