La verdad es que no anduvo muy desencaminado el buscador de localizaciones para la película ¡Mamma Mía! cuando escogió la isla de Skopelos para los exteriores. Se mire por donde se mire los paisajes son maravillosos con los pinos llegando al mar de agua turquesa y los pueblos con sus casas encaladas de dos o tres plantas y tejados rojos, puertas y ventanas pintadas de alegres colores, balcones decorados con flores, callejuelas estrechas y escaleras blancas para salvar el desnivel entre unas y otras. Y el clima con sus inviernos templados y húmedos y veranos cálidos suavizados por el meltemi (viento del norte).
LA CAPITAL
Así es la capital Skopelos, construida en la ladera de la colina que lleva hacia arriba hasta los restos de un castillo veneciano del siglo XII asentado sobre las ruinas de la antigua acrópolis construida por Filipo II de Macedonia en el año 340 a.C. Desde el castillo o Kastro se divisan unas espectaculares vistas.
Hay que caminar y perderse entre el laberinto de las calles para encontrar las numerosas iglesias y ermitas de la población, más de cien hay. Las más antiguas datan del siglo IX.
Entre todas cabe destacar la basílica de Agios Athanasios cuyas primeras edificaciones del siglo IX se levantaron sobre un templo dedicado a Atenea (los estratos de la religión se superponen a lo largo de la historia). El edificio actual data del siglo XVII y en su interior se conservan iconos muy interesantes. Otras iglesias que merecen una visita son la de la Santísima Virgen (sobre una roca cerca del puerto y con unas vistas admirables), San Nicolás, Nuestra Señora de la Anunciación. También en la ciudad se puede visitar el monasterio de Zoodochos Pigi que conserva un icono que según cuenta la leyenda fue pintada por San Lucas Evangelista y es milagroso.
A las afueras se encuentra el monasterio de Santa Barbara con frescos del siglo XV, el de San Juan Prodromos (Bautista) de monjas que data del siglo XVIII y está situado sobre una colina, el de la Metamorfosis del siglo XVI y rodeado de pinos, el monasterio de Evangelistria, fundado por los monjes de Monte Athos, el de San Regino que en su origen era bizantino aunque más tarde fue reconstruido casi entero y alberga los restos del santo del mismo nombre que fue obispo de Skopelos y mártir… y muchos otros que en el camino se van descubriendo.
Skopelos es, en resumidas cuentas, un precioso pueblo que mereció en 1978 ser honrado con el título de asentamiento tradicional de gran belleza. En el Museo de Artes Populares, creado en la casa natal del escritor griego Pavlos Nirvanas, se puede apreciar la riqueza de las tradiciones de esta isla.
PUEBLOS Y PLAYAS DE SKOPELOS
Desde Skopelos se puede hacer una excursión en barca a la isla de Glisteri en la que se encuentra un capricho de la naturaleza, la cueva de Tripiti.
Al norte de Skopelos y a unos 30 km de la capital se encuentra Glosa, la segunda población de la isla. Su precioso caserío, construido en una zona rocosa mira al mar abierto desde una altura de 250 m, rodeada de pinos, almendros y plátanos. En sus calles no es difícil ver alguna anciana vestida a la manera tradicional. Cerca y sobre el acantilado esta la ermita de San Juan.
Su puerto es Loutraki, el segundo en importancia de Skopelos. Aquí se pueden ver las ruinas de unas termas romanas del siglo IV a.C. y vestigios del templo de Atenea del siglo V. Está rodeado de playas y pinares.
Loutraki es famosa por sus talleres de alfarería y los hornos en que se secan las ciruelas. Y en las tabernas del puerto hay que degustar algún plato local de pescado para redondear una agradable visita.
Un poco más al sur se encuentra Neo Klima, pequeña localidad de nueva creación trás el terremoto de 1965, con un puerto deportivo.
Todo el litoral esta festoneado de playas y recónditas calas entre las que destacan la playa de Panormos, una de las más bonitas de la isla y desde la que se puede disfrutar de unas hermosas puestas de sol. Al sur están las playas de Stafilos, rodeada de acantilados y en la que la leyenda cuenta que desembarco el rey cretense Estafilos cuando llego a Skopelos y la playa de Agnontas cuyo nombre se debe al atleta olímpico del mismo nombre que en el año 569 a.C. ganó la carrera. En la playa de Milia se puede practicar el windsurf y en Velani el nudismo ya que es una playa aún salvaje y natural aunque bien protegida del viento.
Y muchas otras, en Skopelos las playas y calas recónditas son numerosas y a cual más atractiva.
La isla verde y azul acoge a todos los que la visitan y les descubre sus tesoros de naturaleza y tradición.
ACTIVIDADES: Hay varios barcos que hacen excursiones diarias a las islas cercanas. Suelen comenzar del puerto de Skopelos y visitan unas playas increíbles, como la Cueva Azul, la Panagia . Otra excursion de un día es hacer el recorrido de Pathoura, un paisaje volcánico, donde se puede nadar.
Visitar Delfi, la montaña de Skopelos y el punto más alto de la isla. Ahí están las tumbas de los reyes, este área se llama Sentoykia. Tiene una vista impresionante.
Aparte de las hermosas playas con aguas cristalinas, la isla de Skopelos es famosa por su maravillosa naturaleza. Para aquellos que deseen descubrir los alrededores hay unas rutas de senderismo.