A primera hora de la mañana y tras el desayuno, saldremos hacia Pella.
El importante recinto arqueológico de Pella está situado en la llanura central de la región de Macedonia. Se convirtió en capital del Reino Macedonio al decidir el rey Arquelao trasladar su palacio hasta Pella desde la antigua capital Egas (la actual Vergina).
La ciudad no solo de dotó de un palacio para ser la residencia habitual de los reyes sino que también se construyeron otros importantes edificios como el Santuario de Hércules, lugar de reunión del consejo de Macedonia (Sinedrión) y también el Boulefterion, donde se reunía el consejo (vouli).
En Pella, Eurípides estrenó su última obra teatral y Aristóteles impartió sus clases a Alejandro Magno, nacido al igual que su padre Filipo II, en esta ciudad.
En el recinto visitaremos los bloques de edificios que se encontraron tras unas importantes excavaciones y en su museo veremos, entre otros hallazgos, unos hermosos mosaicos de guijarros de una calidad excepcional.
A continuación nos dirigiremos a Vergina, la primera capital del Reino de Macedonia, en cuyo recinto se descubrió en 1977-1978 uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de Europa. Se trata de las Tumbas Reales, una serie de cámaras funerarias pertenecientes a Filipo II, rey de Macedonia y padre de Alejandro Magno y a varios miembros de la familia real. Constituyen el yacimiento arqueológico de Egas, catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996.
Una de las tumbas estaba intacta, lo que da idea de la importancia del hallazgo. Contenía, a parte del enterramiento, todos los objetos pertenecientes a un ajuar funerario completo correspondiente al importante personaje que allí yacía, seguramente Filipo II de Macedonia. En la actualidad esta tumba se considera como el mayor tesoro de la antigüedad después de la de Tutankamón y la del Señor de Sipán. Todos los objetos del ajuar funerario se hallan en el lugar original de la tumba, en el Museo Arqueológico de Vergina, a unos 80 km de Tesalónica.
Entre las piezas recuperadas del ajuar funerario se encontraron vasos de plata y bronce, una bella jarra de plata, varias vasijas de bronce, armas y armaduras (espada, escudo, casco de hierro, coraza, quijote, grebas - una de ellas es 3 cm más corta que la otra - se supone de Filipo era ligeramente cojo), cinco cabezas de marfil de unos 3 cm, una se cree que es un retrato de Filipo y otra de Alejandro Magno, restos de un canapé de madera decorado con figuras de oro y marfil en relieve y varios objetos de oro y como curiosidad, una esponja natural fresca y flexible todavía.

Hallaron un sarcófago de mármol y en su interior dos arquetas de oro. La más grande contenía los restos incinerados de un hombre y una corona funeraria con ornamentación de hojas de roble y bellotas, todo de oro. Pesó (con todo lo que tenía dentro) 10 kg. Su tamaño es de 33x41 cm. Está decorada con un sol, que es el símbolo de los reyes de Macedonia. Los arqueólogos y los historiadores pensaron enseguida que se trataba de la tumba de Filipo de Macedonia y hasta hoy nadie lo ha desmentido.
La segunda arqueta era también de oro y contenía un tejido elaborado en oro y púrpura, del siglo IV a. C., que recubría los huesos calcinados de una mujer. Había también una extraordinaria diadema de oro con adornos en espiral, flores, palmetas, rosas y abejas. Y otra corona funeraria, también de oro, compuesta por hojas de mirto.
La parte superior de la fachada de esta tumba tiene un friso pintado que representa una escena de caza, algo bastante inusual. Son dos jinetes y se cree que pueden ser Alejandro Magno y su padre Filipo.
Llegada a Tesalónica y alojamiento.